
La radio pública llevó las emociones de este importante encuentro contra Chile hasta las zonas más apartadas.
Desde las alturas de las montañas hasta las orillas del mar, las ondas de Radio Nacional de Colombia con sus 68 frecuencias, resonaron con fuerza, uniendo a millones de colombianos en un solo grito de aliento con cada jugada del partido que hizo parte de las Eliminatorias al Mundial 2026.
Desde los rincones más vibrantes hasta los más apartados de Colombia, la pasión por el fútbol se sintió con fuerza durante los 90 minutos del partido. En San Jacinto, Bolívar, Carlos Vásquez, un vendedor ambulante, sintonizó 102.7 FM mientras ofrecía sus productos. La emoción del juego lo envolvía a él y a sus clientes, creando un ambiente de alegría colectiva en su pequeño negocio. Cada gol era motivo de celebración, y la radio se convirtió en el lazo que unió a todos en un mismo sentimiento.
Mientras tanto, a miles de kilómetros, el vigilante José Aponte escuchaba la narración de Luis Alfredo Hernández a través de Radio Nacional de Colombia en Floridablanca, Santander en la frecuencia 92.3 FM, viviendo la emoción de este encuentro en medio de la soledad de su trabajo. Cada jugada lo mantenía atento y conectado, como si estuviera en medio de una multitud que alentaba a la Selección.
Así mismo, llegamos la cuidad del vallenato y el acordeón Valledupar donde el taxista Julio César Maya disfrutaba de la transmisión en la frecuencia 97.7 FM. Cada grito de gol no solo animaba su día, sino que también le permitía compartir momentos de camaradería con sus pasajeros, convirtiendo cada viaje en una celebración.
La pasión por el fútbol traspasa barreras, uniendo a todos en un mismo grito de aliento. En Villavicencio, Meta, los comerciantes sintonizaron 100.1 FM para que junto a sus clientes celebrarán alrededor de la radio, discutiendo jugadas y compartiendo como una gran familia.
Lisímaco Hincapié, pensionado del Magisterio en Manizales, siguió la transmisión a través de 92.7 FM. Aunque físicamente alejado del bullicio del estadio, cada gol resonaba en su hogar, haciéndolo sentir parte de la fiesta futbolera que se vivía en todo el país.
La alegría de cada jugada creaba un ambiente festivo en los hogares de toda Colombia, donde la emoción se compartía entre familiares y amigos, haciendo del partido una celebración íntima y vibrante, desde Florencia, Caquetá, Juan Esteban Barrera Majé disfrutó del encuentro por la frecuencia 96.3 FM de Radio Nacional de Colombia.
En Arauquita, Arauca, Dani José Vásquez, en sintonizó 92.3 FM durante su trabajo como zapatero ambulante. La pasión del fútbol le acompañó en su labor, haciendo que cada momento y con cada gol, se elevara su sentimiento y alegría.
Al mismo tiempo, en la región Pacífica colombiana, exactamente en Quibdó, la frecuencia 95.3 FM, conectó a cada uno de los oyentes de la región, donde la comunidad se unió en torno a la radio, compartiendo la tensión y la alegría del partido, demostrando que el fútbol tiene el poder de unir a las personas, sin importar las distancias.
“Estas historias demuestran que el Sistema de Medios Públicos ha cambiado para bien y va a seguir cambiando, porque las colombianas y colombianos merecen recibir contenidos informativos, culturales y deportivos con transmisiones en directo, sin importar en qué lugar del país se encuentren”, comentó Hollman Morris, gerente de RTVC.