
Durante la transmisión que realizó Señal Colombia del Premio Nacional de Derechos Humanos en Colombia, desde el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación de Bogotá, se hizo un homenaje a la defensa de la vida y se reconocieron a los y las líderes que le apuestan desde los territorios a vigilar y garantizar los derechos humanos.
Jacqueline Castillo Peña fue la ganadora en la categoría “Defensora del Año”, al ser uno de los rostros en la denuncia de las ejecuciones extrajudiciales cometidas por el Ejército Nacional. Su hermano Jaime fue víctima de esta práctica, y desde entonces, ella ha liderado la Fundación Madres de los Falsos Positivos de Soacha y Bogotá (MAFAPO), convirtiendo el dolor en acción colectiva.
En la categoría “Experiencia o Proceso Colectivo del Año”, dos iniciativas reflejaron el poder de lo comunitario. Por un lado, la Mesa Ambiental de Jericó, conformada por familias campesinas del corregimiento Palocabildo, ha defendido su territorio frente a proyectos mineros, y el Movimiento Nacional de Víctimas de Crímenes de Estado (MOVICE), con más de 200 organizaciones, ha trabajado incansablemente por la verdad, la justicia y la no repetición.
El reconocimiento a “Toda una Vida” fue entregado a la hermana Cecilia Naranjo Botero, religiosa del Sagrado Corazón de Jesús, quien ha dedicado más de tres décadas a acompañar comunidades víctimas del conflicto armado. Su historia atraviesa la educación inclusiva, el exilio y el trabajo en zonas humanitarias.
De esta manera, el Sistema de Medios Públicos visibilizó las voces de estos defensores de derechos humanos y se unió a la ceremonia en que fueron reconocidas sus vidas y compromisos sociales y humanitarios.